Buenos días alumnos y alumnas, a través de la siguiente historia quiero que entendáis el objetivo del marketing de forma sencilla y metafórica.
Érase una vez un chaval con 24
años recién cumplidos que acababa de salir de estudiar Publicidad y Relaciones
Públicas. Durante su último año había planeado su futuro, tenía más o menos
claro lo que quería hacer y estaba dispuesto a luchar por ello, aunque le
costará sudor y lágrimas.
Ese chaval quería ser becario en
una agencia de publicidad. Le encantaba el sector, ya
había hecho sus trabajos de community manager, había montado algunas webs en
WordPress, tenía un blog cutre y mucha ilusión por comenzar a trabajar en el
mundo de la publicidad. No le importaba el sueldo, las horas o la localización
de la agencia, ya que lo que quería era trabajar, trabajar y trabajar.
A mediados
de agosto de 2014, sin pensárselo, comenzó a enviar su currículum creado a
partir de una plantilla de Photoshop muy chula que le habían pasado. Iba
apuntando todas las agencias y fechas de envíos de correos en un Excel para
poder ver cuáles le contestaban, cuáles no y si podía ir descartando unas y otras.
¿El
resultado? En un mes de 75 correos solo había recibido 5 respuestas. Y todas
decían lo mismo:
Lo
siento, ahora mismo solo contratamos personas jóvenes que están estudiando, ya
que están becados por la Universidad.
Ante el más
que evidente fracaso del envío de correos, el protagonista de nuestra historia
comenzó a darle vueltas a la cabeza. En su mente solo aparecían dos posibles
soluciones:
1. Estudiar un Máster: tenían
prácticas de 6 meses en una agencia, por lo que parecía una vía decente para
entrar en el mundillo. Eso sí, costaban una buena cantidad de dinero.
2. Cambiar la manera de buscar trabajo: que enviar 75 correos no funcionara
no significa que no se pudiera seguir intentando, ¿no?
Corría el mes de septiembre y, tras leer un artículo,
la primera opción quedó descartada. Sus padres ya habían gastado suficiente
dinero en él y las cosas no podían estar tan difíciles como para no poder
encontrar unas míseras prácticas.
Entonces, se le ocurrió una idea: ¿y si me ofrezco para trabajar de otra
forma? Registró el dominio www.quierosertrainee.com, instaló una
plantilla de Genesis Framework y, más allá de crear un currículum, creó una
página web que demostraba lo que sabía hacer.
La web tenía
trabajos anteriores, experiencia, un blog para demostrar que sabía escribir,
fotografías y todo lo que podía mostrar para decir “te arrepentirás de no
darme unas prácticas “.
En vez de escribir emails con el currículum
adjunto, contactó con las agencias instándolas a
que si querían saber más sobre él tendrían que visitar la web. Las
siguió en Twitter y Facebook y además envió su pequeña idea a diferentes foros
y páginas conocidas de publicidad.
El primer día de envíos la web
recibió 100 visitas. Para él era un orgullo, ya que era señal de que alguna
agencia había entrado a mirar por curiosidad. Y las respuestas no tardaron en
llegar.
Que
crack! Me llegan muchos c.v. y los que quieren destacar normalmente lo
hacen con “afectación” queriendo mostrarse muy creativos y demás, lo arruinan.
Tu presentación y tu web-c.v. es muy muy natural y muy bien hecha. Esa
plantilla es muy bonita, además, da muy buen juego.
La mayoría de opiniones iban
en esta línea y, mientras que antes había recibido 5 tristes respuestas, en
esta ocasión la cifra había subido a 25. Algunas solo eran de ánimo o comentando
que no tenían hueco ahora mismo, aunque guardarían la web para cuando hiciera
falta alguien. Sin embargo, lo realmente importante fueron
las llamadas.
Pero
antes de contar eso hay que hablar de algo que, en ese momento parecía
intrascendente, pero no lo era tanto.
¿Por qué no probar con un blog?
Tras probar varias experiencias creando blogs algo
flojos, leer a gente como Omar de la Fuente, Dean Romero o Ángel Alegre le motivo a crear su propio blog
profesional.
Buscó la oferta más barata de GoDaddy, registró su
dominio por 1 € y con una plantilla “poco ortodoxa” de Genesis Framework
diseñó un lugar llamado “Recetas de Personal
Branding“.
Quería
ofrecer un servicio de marca personal, ya que mientras buscaba trabajo se había
dado cuenta de que lo tradicional ya no funcionaba. Si él lo sabía, ¿por qué no
iba a ofrecérselo a otros?
Creó 3 posts
y comenzó a fijarse una meta de escribir 2-3 artículos a la semana. No había
nada que perder. Pero esa es otra historia.
Llamadas y entrevistas
A mitad de octubre recibió 4 llamadas de
varias empresas diferentes para hacer entrevistas en empresas de lo más
diversas. Todas estaban interesadas en contratarlo como becario y 3 de
ellas tenían algo en común: eran
empresas de Madrid.
¿Vas a
ir a una entrevista hasta Madrid? Estás loco.
El dinero no
sobraba, ya que salvo un par de clientes de community management y algo que
había ahorrado no tenía para más. Había que ir a Madrid y hacer las entrevistas,
no podía perder la oportunidad. Se subió en un autobús a las 15:00 del día 22
de octubre y fue directo a hacer 3 de las 4 entrevistas de Madrid.
En dos pedían que se hiciera autónomo para
cobrar 450 € trabajando de 9:00 a 14:00.
En la otra las prácticas eran en las afueras de Madrid y se trabajaría de 8:00 a 18:30 con turno partido por
apenas 350 €.
A pesar de
que las condiciones eran una basura, estaba contento. Si podía trabajar y le
daba para pagarse un piso y sobrevivir, bien que estaba. Buscó un trabajo de
redactor en Foro 2.0 y consiguió, junto a otros trabajitos pequeños, juntar un
pequeño salario de 150 € al mes para sumarlo a lo que pudiera ganar en esos
trabajos.
Volvió a El Puerto de Santa María a esperar, pero
justo cuando estaba en el autobús de vuelta recibió otra llamada. Era de una
gran empresa de publicidad digital localizada, como no, en Madrid, que
ofrecía una beca de un año cobrando 750 € al mes
a turno partido (8:30 a 14:30 y 16:30 a 19:30).
¿Vas a
volver a ir a Madrid otra vez por una mísera entrevista? Estás loco.
Dos días
después, tras haberse pegado 16 horas de autobús el fin de semana anterior,
cogió de nuevo el bus de camino a Madrid a las 23:00. Llegó a las 7 de la
mañana, pasó 3 horas en un Starbucks conectado al Wifi para hacer tiempo y fue
a la entrevista. A las 13:00 de ese mismo día volvió a coger el autobús y
marchó de nuevo hacia El Puerto en otro viaje de 8 horas.
El punto de inflexión
Mientras
volvía en el autobús, algo pasó por su cabeza.
¿Por
qué tengo que ir a trabajar por cuatro duros a un sitio que no me gusta? ¿Es
realmente necesario?
Aunque
parezca sorprendente, esta pregunta no había surgido antes. Y en cuanto la
mente decidió procesarla, todo cambió. En cuanto llegó a su casa decidió que
iba a dedicarse al 100% a su blog, ya que los casos de otros bloggers que
habían dedicado su vida a ello le habían extramotivado.
Le llamaron de nuevo de algunas entrevistas, pero nunca volvió a ir a Madrid en ese
mes. De hecho, a pesar de que en una de ellas le comentaran que estaba
seleccionado, la rechazó y prefirió intentarlo con su blog.
El valor de tomarte en serio las cosas
En noviembre
se fijó como objetivo pasar de ser nadie a ser alguien que sonara en la
blogosfera. Todos esos blogs que, anteriormente solo leía, ahora los comentaba,
mandaba emails a sus autores y buscaba relacionarse con ellos. Gracias a estas
personas no estaba ni estudiando un Máster ni sentado detrás de una mesa
trabajando 12 horas por sobrevivir.
Se fijó un horario para trabajar con el blog, empezó a
monitorizar todo y a conseguir algunos pequeños clientes. La gracia es que no
los conseguía a raíz de su servicio de marca personal, sino a través de
diferentes contactos a los que les gustaba como escribía. Trabajaba más de redactor que de asesor
de marca personal.
En el primer mes, más allá de conocer a muchas
personas, entabló una gran relación con Dean Romero.
Le abrió las puertas de su red de blogs, le dio trabajo y gracias a él y a 2
clientes más consiguió tener un pequeño sueldo en su primer mes 185 € a través de servicios
para un blog recién creado le hacían sentir como el rey del mundo.
El siguiente mes todo seguía mejorando, pero algo “perturbó” la tranquilidad de
este blogger.
El coste de oportunidad
Cuando estaba decidido a seguir adelante y sacar su
blog a flote, llegó algo inesperado: una
oferta de trabajo. Ofrecían trabajar 3 meses por unos 1.200 € al
mes con un horario de 9:00 a 15:00. El típico trabajo.
A pesar de que durante algún momento de duda pensó en
aceptar y compaginar ambos trabajos, decidió rechazarlo. ¿Por qué? Porque
el coste de
oportunidad era muy alto. Si se quiere triunfar en algo,
debes centrar todos tus esfuerzos y poner el famoso “foco, foco, foco”.
Y como si la vida quisiera decirle que había tomado la
decisión correcta, en ese mismo mes los ingresos despegaron. Ya no era un
“sueldecito”, ya se podía considerar que estaba empezando a vivir del blog. Y
eso que hace 3-4 meses esto no era más que un pequeño plan B.
La importancia de la constancia y el foco
A partir del mes de febrero todo comenzó a ir sobre
ruedas. Los clientes llamaban a la puerta, aumentaba el número de suscriptores
y las ideas de futuros negocios y experimentos surgían día tras día. Y todo simplemente gracias a la
constancia y al foco.
La constancia de escribir todas las semanas. De
contestar correos. De dar lo máximo con cada cliente. De si le pedían 2, él
daba 2,5 y 3 si llegaba. La constancia es la verdadera receta del
éxito.
Y por otro
lado, el foco. Tenía dos servicios, marca personal y copywriting, pero sabía
que tarde o temprano iba a tener que descartar uno. Si en uno de ellos había
clientes esperando (copywriting) y en el otro todavía había que luchar bastante
(marca personal), la decisión parecía fácil. Y así fue. Había que “matar” una
de las dos cabezas y cayó la de la marca personal.
Haciendo cosas que jamás imaginaría que haría
En los
siguientes meses hizo decenas de cosas que jamás pensó que pudiera
hacer. Escribió un eBook para un cliente, colaboró con blogs que
siempre leía con afición y en los que ahora escribe como SEMrush, Inbound
Cycle, No sin mis cookies, José Facchin, Blogger 3.0 o Jimdo entre otros y
habló a diario con personas con las que jamás creía que pudiera tener relación
en su vida.
Un blog que en su primer mes no llegaba ni a las 1.300
visitas ya promediaba 4.000, comenzaba a alcanzar una cifra de casi 400 suscriptores
y tenía detrás testimonios para llenar un par de páginas. El eBook “anti-Google” y el curso de One Week
Copywritingempezaban a hacer algo de ruido en la blogosfera.
Se podía
decir que, por fin, estaba viviendo de su blog. Un sueño cumplido y hecho
realidad.
¿Y ahora qué?
La tendencia del blog durante el verano ha sido
estable, los clientes han seguido llegando y, a pesar de no haber podido
cumplir con varios propósitos veraniegos, todo llegará a su tiempo. Este
blogger no se cansa y no se va a ir a ninguna parte. Después de más de 120
posts, 35.000 visitas y 750 comentarios hay hambre de más. Pero esa es otra
historia que podréis ver en directo y de la que todos seréis participes, al
igual que de este camino durante la “temporada” 2014-2015.
Y ahora dejo
de hablar en tercera persona, que ya toca. Simplemente he contado esta historia
así porque es una historia que podría ser mía o de cualquiera. No soy especial.
No nací con un don. Simplemente me centré, me esforcé y he llegado hasta aquí.
Y eso no significa que vaya a parar.
La moraleja de la historia es: marketing es satisfacer las necesidades del mercado
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